“Debería existir una escritura de lo no escrito.
Un día existirá”.
Marguerite Duras
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Marguerite Duras nació en Indochina en 1914 y murió en París en 1996. En 1932 se trasladó a París, donde estudió derecho, matemáticas y ciencias políticas. Fue novelista, traductora, guionista y directora de cine.
Duras es recordada por obras como Un dique contra el pacífico (1958), El amante (1984), El arrebato de Lol V. Stein (1964), entre otros. La valentía que Marguerite refleja en su obra fue para la literatura francesa y la internacional un acto tan notorio que es elogiado hasta el día de hoy, ya que en la mayoría de sus obras hay vivencias de la autora contadas de manera cruda y honesta, y aunque Marguerite mencionó varias veces que ella no militaba en el movimiento feminista de la época, también dejó claro que le parecía necesario y lo reconocía como el movimiento revolucionario principal:
“Creo que el primer proletariado, el proletariado milenario, fue el proletariado de las mujeres”. (Entrevista a Fondo, 1979).
Decidí hablar de Escribir, porque es uno de esos libros que me acompañan en todas mis mudanzas, ya que siempre vuelvo a él. En general la obra de Marguerite no es indiferente para nadie, pero en especial estos relatos tienen una narrativa nostálgica y poética que resalta y que se acompañan de vivencias y de algunos cuestionamientos acerca de la condición de ser mujer que me parecen interesantes. Lo más fascinante es que cada capítulo contiene historias de la autora narradas de diferentes maneras sin perder su tono.
Escribir es una pequeña compilación de relatos autobiográficos.
Durante las primeras páginas encontramos el relato que lleva por nombre el título del libro. En este capítulo Marguerite nos dice que durante 10 años estuvo en soledad dentro de una casa, en donde lo único que hacía era escribir y percibir el mundo desde su refugio. Aquí hay una explicación muy interesante acerca de su proceso creativo. También sus momentos de dudas, y cuestionamientos a las normas sociales. Y es que, si bien para esta época ya se vivía la segunda ola del feminismo, Duras habla acerca de cómo la construcción social provoca silencios dolorosos en donde las mujeres se ven afectadas en su libertad de elegir o de tener dudas acerca de su ámbito amoroso, familiar y colectivo.
En el segundo relato, “La muerte del joven aviador inglés”, encontramos que durante un viaje a Deauville, Francia, la autora encuentra la tumba de este joven, el cual murió en ese lugar durante la guerra y fue enterrado ahí mismo; lejos de casa. La narración también contiene pensamientos acerca de la muerte en la guerra de su propia familia y de lo doloroso que es el anonimato de una muerte así.
“El joven muerto inglés era todo el mundo y también era solo él. Era todo el mundo y él. Pero todo el mundo no hace llorar”.
“Roma” es una narración en tercera persona y el diálogo entre un hombre y una mujer que se encuentran en un hotel. Es una historia de amor sin mencionarlo. Este pequeño relato se filmó como documental en 1982.
“El número puro” es una reflexión acerca de la palabra “puro”, en la que se abordan varios sucesos históricos donde se usó este término como la justificación de muchas infamias. Por ejemplo: la crucifixión de Jesucristo y las acusaciones que se le hicieron a Juana de Arco, entre otros.
El último relato, “La exposición de la pintura”, describe la conversación que un hombre mantiene consigo mismo mientras coordina su exposición artística.
Escribir es un libro que he gozado mucho por las reflexiones que Marguerite Duras comparte en los diferentes sucesos que narra en cada capítulo. Si quieres escuchar la entrevista mencionada en el segundo párrafo, puedes encontrarla aquí:
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