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Mary Wollstonecraft Shelley, mejor conocida solo como Mary W. Shelley o incluso solo como Mary Shelley, fue la autora del libro que legó al mundo uno de los monstruos del imaginario colectivo más importante. Sí, ese que fue construido con fragmentos de cuerpos putrefactos, vuelto a la vida a través de la electricidad y que no se entendía en este mundo de personas inhumanas. El monstruo creado por el doctor Víctor Frankenstein.
Frankenstein o el moderno prometeo fue publicada el 1º de enero de 1818 y es considerada la primera novela de ciencia ficción moderna, incluso antes de que el término se acuñara en 1926 por Gernsback. Así que podemos reconocer a Mary como la madre de la ciencia ficción tal como la entendemos hoy día, sumergiéndose en este género incluso antes que Edgar Allan Poe o el reconocido visionario Julio Verne.
Ser una mujer adelantada a su época y la literatura de su generación no fue tarea fácil. Incluso su obra cumbre fue publicada de manera anónima en su primera edición con un prólogo de su esposo Percy B. Shelley, por lo que durante esa época se creyó que el texto era de su pareja. Nada nuevo que en el mundo literario las obras escritas por autoras deban ser publicadas desde el anonimato o con pseudónimo para no ser juzgadas debido a su sexo y no a su calidad. Sin embargo, poco después el libro se reeditó ya con su nombre: Mary Shelley, dejando de lado la importante W de su apellido, siendo hasta la reedición de 1830 donde Mary incluyó la inicial del apellido de su madre.
Mary no solo se casó con el prolífero poeta Percy Shelley (razón por la cual la recordarían y estudiarían poco después de su muerte) sino también fue hija de la importante escritora, feminista y filosofa Mary Wollstonecraft, apellido que adoptó al casarse, ya que su nombre de soltera fue Mary Godwin por su padre, el filósofo y político William Godwin.
Retomar la tradición del apellido de su progenitora justo al contraer nupcias y anteponerlo al de su pareja es un acto simbólico que no debe pasar desapercibido. Mucho menos porque se trata de la vida de una escritora que fue reconocida más por la fama de su esposo que por su propio trabajo, el cual no es para nada breve.
Si bien, la obra más reconocida de Mary es Frankenstein, la escritora cuenta con una extensa obra que incluye 7 novelas, 2 libros de viaje, 3 libros infantiles, 2 diarios, cartas y una larga lista de relatos cortos, artículos y críticas. Mary tuvo una vida turbulenta, llena del dolor que representaba en sus obras (como la muerte de sus seres queridos: su esposo y dos de sus hijos) pero del que se sobreponía siempre con su intelecto y resiliencia. Esto se puede observar en los temas que trata a lo largo de sus diversos textos: amor, muerte, dolor, abandono; pero también crítica social, política y hasta ciencia.
Así que es importante recordarla en el aniversario 225 de su nacimiento como una escritora profesional y consagrada de la época. Porque ¿qué sería de los fans del terror sin su monstruosa aportación al mundo de la ciencia ficción, el terror y la fantasía? Adaptaciones de Frankenstein existen desde 1910, incluso antes del cine con audio. Y son incontables las apariciones y referencias a su creación en la cultura popular.
Es por ello que debemos regresar a la escritora que luchó por mantener vivo el nombre de su madre a pesar de todas las penas que vivió, a pesar de las críticas hacia su trabajo y su persona que argumentaban que las mujeres debían ser la inspiración de los caballeros románticos y no las artistas que no comprenden este mundo y por ello escriben historias de terror adelantadas a su época.
Si te interesa saber más sobre la vida de esta oscura autora, te recomendamos la película Mary Shelley del 2017, por la directora Haifaa al-Mansour, la puedes encontrar en Netflix.
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